Meningitis: un riesgo neurológico

Meningitis: un riesgo neurológico

En lo que va del 2025, se han reportado 11 casos de meningitis bacteriana en Antioquia, una cifra que resalta la importancia de reconocer los síntomas y buscar atención médica inmediata. A pesar de este incremento, las autoridades sanitarias enfatizan que no se trata de un brote y que los casos están bajo estricta vigilancia epidemiológica. Sin embargo, los especialistas advierten que la meningitis es una enfermedad de rápida progresión y consecuencias potencialmente fatales si no se trata a tiempo.

La meningitis es la inflamación de las membranas que protegen el cerebro y la médula espinal. Puede ser causada por virus, bacterias u otros microorganismos, siendo la meningitis bacteriana aguda la forma más grave. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año se registran alrededor de 2.5 millones de casos en el mundo, y sin tratamiento oportuno, la enfermedad puede provocar secuelas neurológicas graves o incluso la muerte en cuestión de horas.

¿Cómo reconocer la meningitis a tiempo?

«Las secuelas neurológicas pueden ser devastadoras. Entre el 5% y el 10% de los pacientes pueden ver comprometida su salud en las primeras 24 a 48 horas, incluso con tratamiento adecuado. Hasta uno de cada cinco sobrevivientes desarrolla discapacidades permanentes como pérdida de audición, trastornos motores, convulsiones y dificultades cognitivas», explica el médico Carlos Campo, neurólogo pediatra del Hospital Infantil San Vicente Fundación.

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La meningitis afecta a personas de cualquier edad, pero el riesgo es mayor en niños menores de 5 años, adolescentes, adultos mayores y personas con inmunodeficiencias. Los síntomas incluyen fiebre alta, dolor de cabeza intenso, rigidez en el cuello, náuseas, vómitos y confusión. En casos graves, puede causar somnolencia extrema, convulsiones y sensibilidad a la luz. En bebés, los signos pueden ser menos específicos: llanto inconsolable, piel pálida, rechazo a la alimentación y fontanelas abultadas.

Consecuencias y seguimiento

«Ante la menor sospecha, es crucial acudir a un servicio de urgencias. La detección temprana y el inicio de tratamiento con antibóticos empíricos pueden marcar la diferencia entre una recuperación favorable y secuelas permanentes», enfatiza la médica Catalina Arango, infectóloga pediatra.

Las secuelas neurológicas pueden incluir discapacidad auditiva, retraso en el desarrollo motor y cognitivo, trastornos de la motricidad y convulsiones. El tratamiento varía según el agente causal e incluye antibóticos, antivirales o antifúngicos. La duración puede oscilar entre siete días y varias semanas. Posteriormente, el seguimiento se enfoca en rehabilitación y manejo de las secuelas.

Prevención: clave para reducir el impacto

La meningitis puede prevenirse con medidas como:

  • Vacunación: Completar el esquema recomendado.
  • Higiene personal: Lavado frecuente de manos y evitar compartir utensilios personales.
  • Evitar el contacto con personas enfermas: La meningitis meningocócica se transmite por gotas de saliva.
  • Atención rápida a infecciones: Cualquier infección mal tratada puede derivar en meningitis.
  • Evitar la automedicación: Consultar siempre con un profesional de la salud.